Poesía en concierto

Se agolpan las reflexiones y el estupor. Recordamos más que nunca las palabras de Saint John Perse: Frente a la energía nuclear, la lámpara de arcilla del poeta ¿bastará...? Y tal y como van las cosas, ¿dónde se sitúa la poesía?, ¿queda sitio para alguien en este extraño tiempo nuestro? Sentimos que avanzamos por un lugar cuyo suelo se desintegra a cada paso, lenguaje incluido...

Ya que es tan peligrosa la senda, más vale que nos demos la mano. Hacer cosas con los demás, como apunta Chantal Maillard; poesía y música, a sabiendas de que el lenguaje hablado y el musical son distintos, y que pueden reñir ( a pesar de los patrones melódicos), pero también pueden transitar por una senda amistosa, como tal vez suceda con los proyectos convocados en la presente edición; incluso podría producirse el encantamiento del secreto compartido.

Quizás no haya misterio mayor en el “encantamiento” que este “Hacer con los demás”, la entrega de unos y otros para sonar a la vez: el encuentro. De algo que dice (palabra) + algo que no dice (música), y viniendo ambos lenguajes de lo que hubo antes, previo a todo, y que ha sido represado en sintaxis y notas como diferentes manifestaciones de la sensibilidad, o de la comunicación. Y por suerte, algo anárquico sobrevive siempre en la poesía en cualquier forma en que ésta se exprese; y el poeta no es una “perla cultivada” (aún), más bien “una pequeña ostra salvaje” con su grano de tierra haciendo daño. Daño y fulgor por los que convierte en poemas las cosas. Y aquí este espacio del Teatro Español, tan propicio para la experiencia poética. Otro lugar para escuchar. Como la calle, y la naturaleza, y los momentos que se nos dan.

Teresa Sebastián